HISTORIA DE LA MÚSICA “ACTUAL”
Publicado: 27 enero, 2011 en GENERAL
A comienzos de la década de los cincuenta se produjo en Estados Unidos el surgimiento de una nueva modalidad de música popular: el rock & roll, expresión que podría traducirse por “contonearse y rodar”. El término Rock-and-Roll fue utilizado en 1951 por Alan Freed, disc jockey de Cleveland, tomado de la canción “My Baby Rocks Me with a Steady Roll”.
Sus antecedentes más directos hay que buscarlos en el jazz, en los ritmos africanos trasplantados a los Estados Unidos por los esclavos y posteriormente desarrollados en las comunidades negras: el blues y el gospel.
El rock & roll nació como música claramente generacional, como una exigencia de ruptura con los géneros musicales anteriores. Fue patrimonio de una juventud que, por primera vez en la historia, no quería parecerse a sus mayores, representantes del puritanismo y el conformismo de la sociedad estadounidense. Su público estaba compuesto mayoritariamente por adolescentes que reivindicaron sus inquietudes y sus aspiraciones con la ayuda del nuevo género, cuya difusión por todo el mundo, breve pero espectacular, encontró en los medios de comunicación de masas su principal aliado.
El rock & roll se convirtió pronto en la síntesis de una forma de vida. La juventud estadounidense encontró un cauce de expresión adecuado a sus necesidades en un sonido frenético y estridente que, al mismo tiempo, constituía una evolución de las raíces de la música popular, tanto negra como blanca. Una percusión obsesiva y secciones de viento de intensidad deslumbrantes acompañaban a un instrumento relativamente nuevo -había sido utilizado por vez primera a finales de los años treinta-, que habría de convertirse en emblema de la joven música, la guitarra eléctrica, cuyo chirriante sonido, expresamente distorsionado y sobreamplificado, causaría el entusiasmo del público.
Las primeras grabaciones se realizaron en las pequeñas casas discográficas de Memphis, Nueva Orleans y Chicago, lo que desencadenó la frontal oposición de las grandes compañías, marginadas del negocio, que rechazaron en un principio el rock & roll por amoral y obsceno, por sus referencias demasiado explícitas a la sexualidad -se consideraba que los intérpretes imitaban el acto sexual con sus contoneos en el escenario.
Muy pronto, el término “rock & roll” se aplicó de manera genérica al conjunto de la música popular de finales de los cincuenta y pasó a designar, además de piezas que merecerían estrictamente tal calificativo, temas sentimentales interpretados por bandas de vocalistas negros, como los Platters, canciones de artistas blancos del ámbito urbano (Pat Boone, Paul Anka, Frankie Avalon) y todo un cúmulo de creaciones enormemente variadas.

A principios de la nueva década el fenómeno experimentó una breve revitalización, a la que no fue ajena la extensión de un baile cuya base era el blues ritmicizado: el twist, cuyo nombre está unido al del vocalista de color Chubby Checker.

El rock & roll es, en realidad, una forma de blues rítmico; su estructura básica está constituida por el blues de doce compases, en torno a la cual se realizan variaciones. Junto a las guitarras eléctricas, destaca una base rítmica dominante, donde el piano, la batería -que pasó a desempeñar un papel preponderante- y el bajo marcan con intensidad el comienzo de cada compás de 4/4. Un tempo enérgico y dinámico, con sonoridades duras e intensas, y un estilo vocal estridente, de tono áspero, constituyen, asimismo, características básicas del género. La voz solista suele interpretar los textos, que incorporan términos del argot juvenil y están frecuentemente relacionados con el tema del sexo y el mundo de los adolescentes, prácticamente gritando, silabeando como en el blues.
El término “pop”, por su parte, se ha intentado definir de distintas formas a lo largo de los años, utilizando expresiones como inmediata, disponible o contemporánea, aunque su mejor definición es aquella que deriva de su propio origen: popular. Si bien el profano tiende a situar el momento del nacimiento del pop en la explosión beat de los años sesenta asociándolo con grupos como Beatles o, incluso un poco antes con la aparición del rock & roll, lo más preciso sería emplazarla en el momento en que por primera vez se produjo la popularidad masiva de cualquier tipo de música. El pop ha estado siempre dirigido por la tecnología de masas, la comunicación y la dinámica comercial de la cultura occidental y, por tanto, podemos fijar cronológicamente la aparición de la música popular en el momento en que la música se hace, aunque parezca reiterativo, popular. Y ese momento viene determinado por la invención del gramófono o fonógrafo. Hasta entonces, la experiencia musical se reducía a la interpretación en vivo de una pieza ante un público presente, una experiencia limitada por condicionamientos espacio-temporales.
Siguiendo este planteamiento, podemos afirmar que el nacimiento de la música popular tuvo lugar a finales del siglo XIX, con la aparición del gramófono, un invento que hizo posible, al menos en teoría, que una misma pieza fuera escuchada por millones de personas. De esta manera nacieron las canciones de éxito, las canciones populares.
La música pop ha conseguido algo muy importante, reflejar la realidad social en la que se desarrolló de forma mucho más cercana y real de lo que fue capaz nunca la música “culta”. El pop se ha convertido en una banda sonora común para nuestras vidas y, al igual que las canciones populares trasmitidas oralmente de generación en generación por los trovadores de siglos pasados, la música popular ha reflejado el devenir de la sociedad occidental a lo largo del siglo XX y, sobre todo, el estado de ánimo de varias generaciones marcadas por acontecimientos históricos fundamentales como las dos guerras mundiales, los años de la Depresión en los Estados Unidos, la Guerra de Vietnam, las diversas crisis económicas, las reivindicaciones sociales o los distintos movimientos políticos surgidos a lo largo del siglo. Aunque imperfecta, existe una relación bilateral entre la música de la gente y la propia gente.
El piano se vio sustituido gradualmente por el gramófono, inventado por Thomas Alva Edison en 1877. La máquina consistía en un cilindro envuelto en una lámina de estaño: el sonido se registraba en dicha lámina a través de una aguja conectada a un micrófono. Una aguja reproductora convertía las muescas dejadas sobre la lámina de estaño por el sonido registrado, para volver a convertirlas en sonido. El gramófono fue perfeccionado por Emile Berliner que, tras experimentar con la electricidad y la acústica, inventó un micrófono eléctrico. Más tarde, Berliner desarrolló y patentó un gramófono capaz de reproducir un disco plano. Éste fue el comienzo de una de las más grandes y rentables industrias de nuestro tiempo, la discográfica.
Caruso fue el primer artista en obtener grandes ganancias por sus discos. Los artistas de blues de los años veinte también vendieron miles de discos, pero fue Paul Whiteman quien obtuvo un éxito comercial masivo, inaugurando una nueva y dorada era del disco que alcanzaría su punto álgido en la época del swing. La expansión de la industria del disco se vio frenada por el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Por una parte, se impusieron restricciones sobre el material con el que se fabricaban los discos, la goma laca. Por otra, se declaró la primera huelga de músicos: pedían que les fueran pagados los derechos de autor generadas por la reproducción mecánica de sus obras en las máquinas de discos y en la radio. Los años de la posguerra significan la consolidación de la industria del disco, que vivió uno de sus momentos de mayor crecimiento en la era del rock & roll. Es en esa época cuando se sustituye el pesado y frágil disco de 78 rpm por una versión más pequeña y flexible, el single o sencillo, de 17 cm de diámetro. El Lp (long play o larga duración) se empleó por primera vez para la música clásica, el jazz y las bandas sonoras de las grandes películas musicales como Alta sociedad, con canciones de Frank Sinatra, Louis Armstrong y Bing Crosby. Frank Sinatra fue, asimismo, protagonista de uno de los momentos clave para la expansión del formato de larga duración, la publicación de su disco Songs for Swinging Lovers.

El sencillo siguió siendo el formato favorito del gran público a lo largo de la era del rock & rollhasta que, a finales de la década de los setenta, los grupos de rock comenzaron a tener una visión mucho más conceptual de su obra, creando discos conceptuales en los que lo que importa es la obra global y no la canción. Es en ese momento en el que el singlequeda relegado a una función meramente promocional y a punto está de dejar de ser comercializado. El sencillo vuelve a aparecer en la década de los ochenta en forma del maxi-single a 45 rpm, una versión más larga y bailable de una canción extraída del Lp correspondiente, que luego derivaría en las remezclas, tan populares a partir de los años noventa. El CD ha sustituido al vinilo a partir de finales de la década de los ochenta y, en la actualidad, la industria discográfica se enfrenta a un nuevo reto, Internet, que puede transformar de forma drástica la comercialización de la música en un futuro próximo.
En los años cincuenta, dos corrientes musicales dominaban casi por completo la producción de las pequeñas compañías independientes que abastecían a un mercado popular: el estilo vaquero cultivado por los blancos de los estados sureños, el country and western, y el rhythm & blues, la música popular de los negros emigrados del campo a la ciudad. Después de la Segunda Guerra Mundial, el rhythm & blues, con su expresión directa y su crudo lenguaje, una instrumentación a elevado volumen y un ritmo que obligaba a una danza desinhibida y llena de fuerza, comenzó a interesar a ciertos sectores de la juventud blanca. En este sentido, cabe citar a pioneros como Joe Turner, Billy Ward, líder del grupo The Dominoes, Ruth Brown o Hank Ballard. Paralelamente, intérpretes de country and western, con Hank Williams a la cabeza, se decantaron en esta época por un tipo de blues rítmico que, de hecho, constituye la esencia del rock & roll.
Sería la fusión de estos dos estilos, el rhythm & blues, y el country, encarnada en un momento dado por Elvis Presley, la que daría origen al rock & roll en una fecha que puede situarse a mediados de los cincuenta.
En los comienzos del nuevo estilo hay que mencionar a Bill Halley (1925-1981), un intérprete que inició su carrera en el country and western. Pese a sus rudimentarios modos musicales, Halley supo sacar partido de la sonoridad de la guitarra eléctrica para grabar, en 1952, junto con su grupo, los Comets, la canción “Rock the Joint”. En 1955, uno de sus temas, “Rock Around the Clock”, que formaba parte de la banda sonora de un filme, se convertía en el disco más vendido del momento. Eran los comienzos del rock & roll. Pronto aparecieron piezas de un estilo similar, algunos de cuyos intérpretes, tanto blancos (Elvis Presley, Jerry Lee Lewis, Buddy Holly, Ritchie Valens, Eddie Cochran, los Everly Brothers) como negros (Chuck Berry, Little Richard, Fats Domino), coparon los primeros puestos en las listas de éxito de Estados Unidos. El nuevo estilo atrajo rápidamente a un amplio público, más allá de cualquier frontera racial.

Los grupos negros vocales de doo-woop surgidos a principios de la década de los cincuenta copiaron en un principio la estructura de los cuartetos armónicos, adaptando a esta nueva forma elementos de su herencia musical, es decir, del gospel y del blues. Muchos adoptaron la pureza vocal del fraseo del gospel mientras que otros adoptaron el lenguaje vulgar del gueto. La música de grupos como The Moonglows (punto de partida del término doo-woop) o The Drifters conservaba muchas de las características de la tradición musical negroamericana. En un principio, el campo de acción de los grupos de doo-woop se limitó a los guetos, reflejando el ambiente del que habían surgido. El mercado pop blanco estuvo fuera del alcance de este tipo de formaciones hasta que, en 1954, los productores Leiber & Stoller y George Goldner se dieron cuenta del potencial de este tipo de música para un mercado intermedio entre el pop y el R&B y lanzaron a grupos como The Coasters, The Isley Brothers, The Flaminngos o formaciones exclusivamente femeninas como The Shangri-La’s. Sin embargo, sería Phil Spector quien, más tarde, utilizara a compositores del famoso Brill Building para impulsar la carrera de grupos como The Crystals y The Ronettes, que alcanzaron un gran éxito comercial con este tipo de formaciones vocales.
El encuentro entre el rock & roll y el country dio como resultado el rockabilly, con cantantes como Buddy Holly y Carl Perkins, que utilizaban elementos de country y les aplicaban letras mucho más rebeldes e imaginativas que los conservadores textos del género, acercándolo así a un público más joven. El momento de gloria del rockabilly fue muy breve, duró tan sólo entre 1954 y 1957 y coincide con el momento en que Carl Perkins edita Blue Suede Shoes.
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